Empatía para emprender.


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“Crear modelos de negocios que ayuden a los demás hace la diferencia”.

Esta frase la leí hace poco en un artículo que hablaba sobre este tema. La empatía para emprender que todos podemos desarrollar y que a veces también se aprende a través de experiencias que nos hacen ser más sensibles a lo demás y sus necesidades.

A lo largo de la vida, he recibido sabios consejos que hoy quisiera compartir un extracto de algunos de ellos con ustedes y lo que he podido aprender a lo largo de ese camino del emprendimiento y que de seguro seguiré aprendiendo. Consejos que al final se unen a esta maravillosa meta de vida que es ayudar a los demás.

Que tu fin no sea el dinero, sino ayudar a los demás.

Y el dinero vendrá por añadidura.

Hay algo ineludible, necesitamos el dinero, eso no se puede negar, con el pagamos las cuentas, compramos nuestros alimentos, pagamos la escuela de los niños, etc, etc. Pero aprendimos en casa que el enfoque debe ser. “Ok, ¿para qué quiero dinero?. Ya lo dije más arriba, para pagar cuentas, comprar alimentos, etc, etc. ¿Y qué más?

Es aquí cuando muchas veces perdemos la visión, la perspectiva de las cosas. Después de poder sufragar los gastos y necesidades básicas, deseamos más y más y más. No está mal adquirir nuevas posesiones materiales para disfrutarlas, es producto del arduo trabajo y no está mal disfrutarlo, el problema está en que llega un día que no nos satisface más. Hoy tenemos algo pero mañana no nos satisface como ayer y queremos más…y más…y más.

Aunque sé que no es el caso de todos y que este tema puede ser un poco polémico pero mi principal objetivo es contarles que tras duras situaciones familiares aprendimos en casa que luego de tener lo suficiente para vivir, lo demás vendría como añadidura de Dios a nuestras vidas y así ha sido, que no debemos dejar de tener una vida para buscar esas añadiduras fervientemente al punto de que nuestras relaciones interpersonales y familiares se destruyan. Eso no. No lo permita.

Tener metas y sueños es saludable, pero que esa meta y ese sueño no reemplace a su familia, a Dios ni a sus valores en su vida. Esos son los verdaderos tesoros que poseemos. Y hay que cuidarlos.

Te animo a que si hoy tienes más dinero que ayer, piensa en cómo puedes ayudar a los demás. De seguro hay alguien cerca de ti que necesita algo. No des de lo que te sobra, eso sería fácil, da de lo que te cueste y que producto de tu trabajo sepas que tienes el poder de ayudar a muchas personas también.

Inténtalo.

Tu negocio debe tener un propósito.


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Negocios con propósitos. Esto lo hemos venido escuchando muchas veces últimamente. Todo radica simplemente en ser intencionales desde el día uno que surge la idea de tu negocio en hacer que tenga un maravilloso propósito de ayuda hacia a los demás, no sólo el propio y llevarlo a la acción una vez que inicies.

No hablo sólo en lo financiero sino también en lo emocional, espiritual, profesional. Tu negocio puede levantar generaciones enteras a ser mejores profesionales, mejores administradores de recursos, a ser motivadores, a apoyar a otros emprendedores, a transmitir los conocimientos y experiencias que has podido adquirir para ayudar a otros a labrar un camino profesional independiente. Todo esto es parte del propósito que debemos procurar inyectarle a nuestro negocio.

Cabe destacar en este punto que tu experiencia y conocimientos valen mucho y que tener un negocio con propósito no quiere decir que regales tu trabajo (algunos se aprovechan de esto lastimosamente), sino que la diferencia es que no solo agregas valor comercial a los negocios de otras personas o a las vidas de otras personas sino también agregas valor intangible como el hecho de que alguien se anime a dar el primer paso en un emprendimiento con tu ayuda y llegue a ser exitoso. ¡Esto es oro! ¡Y no tiene precio alguno!

Pensar: Ganar – Ganar

Durante esta semana en la escuela de mi hijo se celebró la semana del liderazgo y a su salón le correspondió representar, bajo el tema de “The Cat in the Hat”, el hábito No. 4 descrito en el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey: Pensar en Ganar – Ganar. Fue un atento recordatorio de lo que realmente significa este mundo emprendedor y de negocios independientes, su propósito y el impacto positivo que puede generar en los demás.

Pensar en Ganar-Ganar no es más que anteponer la necesidad que tienen los demás ante mi propio beneficio. Que no solo yo puedo ganar sino que los demás también deben ganar.

Es bien conocido que esta manera de pensar hoy en día es un poco difícil de aceptar o poner en práctica dada la alta competitividad que muchos han confundido como competencia. La competencia hace que uno sea un ganador y otros perdedores, y esto está bien en los deportes, pero ¿en los negocios?. En los negocios procuremos agregar valor intangible a nuestros clientes y verá como no necesitará competir, el mercado se abrirá a un mundo nuevo de posibilidades de hacer negocios con empatía que al final traen más satisfacciones que el solo generar dinero.

¿Te apuntas?

Begin (Empieza).

Finalmente puedo decir que no es fácil, no es nada fácil esto que estoy planteando. En medio de ese espíritu de competencia que menciono, en medio de situaciones difíciles, en medio del surgimiento de cientos de negocios independientes. De hecho actualmente lo estamos viviendo en varios aspectos de nuestra vida familiar, pero no hay nada más edificante para tu vida profesional, personal y espiritual que el poder impactar positivamente a los demás y luego verlos crecer en todos los aspectos de la vida. Esto es maravilloso y como dije, ¡no tiene precio!.

¿Vale el esfuerzo verdad? ¿Pensar en ganar-ganar y desarrollar la empatía? Vamos a seguir ampliando este tema más adelante, pero por ahora vayamos pensando en ese propósito que puede tener nuestro negocio para impactar en los demás y sobre todo ponernos en los zapatos de los demás, ser sensibles a sus necesidades, ser empáticos.

Procrastinar…¿qué es eso?


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Inicio este artículo con una definición que encontré de esta palabra que encierra todo lo que en algunas ocasiones creo que la mayoría de nosotros hemos hecho:

“Procrastinar significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes.

Procrastinar es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar”.

Ahora que tal vez te sientas identificado o identificada con esta definición (¡como yo la primera vez que la leí!), ¿sabías que procrastinar es más una actitud asociada con trastornos de comportamiento que de organización? Si, shock total, así mismo me sentí al leerlo investigando sobre este asunto.

Resulta que la procrastinación, como lo dice el significado de arriba, evade alguna responsabilidad, tarea, acción o decisión que debemos tomar para darle paso a otras actividades que en el momento el cerebro considera más gratificante.

¿Qué pasa en tu cuerpo cuando procrastinas?

Leyendo un interesante artículo de un reconocido diario de los Estados Unidos, indicaban que cuando procrastinamos, generalmente alguna tarea que no nos gusta, una actividad que cueste esfuerzo y tiempo o bien algo sencillo como clasificar u ordenar la ropa de tu closet, tu mente empieza a jugarte una mala pasada: empieza a traerte probablemente recuerdos de algo que no pudiste culminar y te lo trae al presente como una forma de defensa para decirte algo así como. “Hey! Acuérdate que la última vez no pudiste hacerlo” o algo como “Creo que no podré terminar esta actividad, mejor la dejo para después”.

Es una especie de mecanismo de defensa pero que no te hace nada bien. Por eso cuando procrastinamos nos sentimos mal, queda un sentimiento parecido al fracaso o que no cumplí con algo.

Sin embargo, esto es potencialmente peligroso cuando por ejemplo procrastinas en tu trabajo, en tu negocio, en tu familia, actividades importantes que al final terminan perjudicándote.


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¿Qué hacer entonces?

Todavía no salgo del shock de saber que procrastinar no es una cuestión de mejorar tu organización sino de un aspecto del comportamiento. Que tiene que ver más con tus sentimientos que con tu agenda.

A ver, veamos juntos esta pequeña lista de cosas que podemos hacer:


> Modificar o eliminar viejos hábitos que no nos hacen bien.

  • Una de las primeras cosas que debemos modificar o eliminar son los viejos hábitos que no nos hacen bien. Y como ya son hábitos, debemos tener la disciplina de establecer acciones diarias que nos ayude a eliminarlos o modificarlos. Identifique cuáles son esas actividades que hace repetidamente y que se convierten en obstáculos para lograr sus objetivos…ahí está, ¡elimine eso!

>Superar situaciones

  • Superar situaciones que probablemente marcaron nuestra vida. Si, qué fácil decirlo. Pero aquí es donde entra la ayuda profesional: ve con un psicólogo idóneo si crees que necesitas ayuda para superar algún evento traumático, un sentimiento autodestructivo, algo con lo que has luchado y aún sigue allí. Buscar un refugio de paz en Dios también te ayudará muchísimo a pasar algunas páginas de la vida que ya no vale la pena recordar.

>Establecer pequeñas actividades por lograr todos los días.

Establece pequeñas actividades diarias que puedas lograr sin pensarlo dos veces y ve practicando con este hábito todos los días. Poco a poco puedes ir logrando actividades más complejas, tareas que requieran más esfuerzo y concentración.

>Establecer prioridades diarias.

Alguna vez leí que si tienes varias prioridades, ¡no tienes ninguna! Muchas veces podemos procrastinar solo por el hecho de tener muchas cosas por hacer y la ansiedad de querer hacerlas todas y cumplir con todo. Aunque parezca irónico el tener mucho que hacer te hace procrastinar muchas veces. Ve colocando en tu agenda las prioridades de cada día y trata de que sea una sola actividad a la vez. Esto poco a poco nos ayudará a cumplir las actividades más importantes y a establecer prioridades.

> Disciplina, mucha disciplina.

Todos fuimos equipados con fuerza de voluntad y dominio propio. Una vez que vayamos estableciendo nuestro plan de acción para no procrastinar se necesitará mucha disciplina de tu parte para poder lograrlo. Nadie más lo hará por ti, ¡inténtalo y lo lograrás!

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¿Qué hemos dejado para después hasta este momento?

Te parece conocido: leer un libro; ordenar el closet (¡me estoy hablando a mí misma!); alguna tarea aplazada en tu trabajo y que te están solicitando; ordenar la alacena de la cocina; eliminar o donar las cosas que no usamos de nuestro depósito; aprender inglés; emprender tu propio negocio; podemos tener una gran cantidad de actividades, tareas y decisiones que hemos aplazado sin razón alguna.

¿Qué tal si nos ponemos como meta que ese comportamiento lo podremos eliminar y empezar a lograr desde las más pequeñas actividades hasta las más grandes metas?

Sé que no será de un día para otro, tal vez no lo eliminemos al 100%, pero de seguro nos cambiará la vida.

¿Te apuntas?

Como conclusión, no podemos aplazar por siempre y para siempre actividades y tareas en las cuales nosotros somos responsables. Busquemos ayuda si es necesario, pero creéme, ¡podemos lograrlo!

¡Me cuentan cómo les va!

Dios les bendiga…y les ayude a no procrastinar.

Paz en medio de la tormenta.

¿Cómo encuentro paz en medio de una tormenta así?

Existe un viejo relato sobre un concurso de arte en donde los participantes tenían que representar en sus pinturas el significado para ellos de “la paz”. Todos los participantes realizaron verdaderas obras de arte de personas, por ejemplo, caminando en medio de un sembradío pacífico; otro pintó los rayos del sol cayendo suavemente sobre una pradera; paisajes que realmente evocaban paz con solo mirarlos.

Sin embargo uno de los participantes presentó su obra magistralmente distinta al resto de los concursantes: su obra era sobre una tormenta en el mar con vientos fuertes que hacían que las olas se estrellaran contra los acantilados, rayos cayendo del cielo con nubes grises siendo movidas por el fuerte viento…sólo relatarlo produce inquietud…¡no paz!

No obstante, este concursante se llevó el primer premio del concurso ante la mirada incrédula de muchos y la oposición de otros. La decisión de los jurados radicó en que en medio del acantilado, escondidos en una grieta, había una familia de águilas, mamá águila con sus polluelos, en donde mamá con sus alas protegía a los polluelos de los vientos de la tormenta y estos plácidamente descansaban bajo la protección de las alas de su madre. Una escena de paz en medio de la tormenta.

Me encanta, me encanta, ¡me encanta!

Bajo sus alas…

¿Por qué me encanta tanto esta historia como para recordarla nuevamente? Esa tormenta que el artista pintó, representa todas esas situaciones difíciles que nos podemos encontrar en la vida, situaciones que nos pueden llegar a hacer perder el norte de las cosas realmente importantes en la vida o simplemente temporadas difíciles que llegan y parecen quedarse por un tiempo como si de huésped indeseado se tratara.

Todos en algún momento nos encontramos con estos momentos en la vida, sin embargo no todo está perdido, es una temporada que va a pasar…hay temporadas de abundancia y temporadas de escasez, temporadas de altas y temporadas de bajas, lo importante es cómo nos preparamos para esas temporadas más difíciles que se pueden presentar en algún momento.

Refugio de paz

Y cuando hablo de prepararnos para esas temporadas difíciles no estoy prediciendo ni diciéndoles a todos que algo malo va a pasar, no, no es eso, es simplemente buscar un refugio en donde en medio de las situaciones difíciles podamos encontrar paz.

Es importante destacar que cuando emprendemos nos encontramos con situaciones que jamás nos imaginamos iban a ser difíciles. “Emprender no es fácil” decían, pero es un proceso satisfactorio, edificante y lleno de experiencias para seguir enfrentando el futuro. Un esfuerzo y sacrificios que valen la pena para alcanzar metas y propósitos de vida.

Busca ese remanso de paz y tranquilidad, lo tienes a la mano.

Sin embargo, es mi deseo que también puedas encontrar un remanso de tranquilidad y paz para esos momentos en el que necesitas alejarte un poco del caos y redireccionar tus pensamientos, emociones y deseos.

Esa pequeña familia de águilas en medio de la grieta, representa el refugio que puedes encontrar en Dios primeramente, en tu familia, en tu hogar. Lugares que ya tienes a tu disposición y puedes valerte de ellos para redefinir tus motivaciones cuando emprendes, cuando inicias un nuevo proyecto, cuando inicias un nuevo trabajo.

Uno de mis pasajes favoritos de la Biblia dice: “Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado” Isaías 26:3. Una promesa que recibí un día que recibimos una mala noticia en mi familia. ¡Imagínense! Dios preparándome de antemano para lo que venía. Y si, Dios, porque en medio de esa prueba, seguimos adelante y confiando en El en completa paz, ha sido realmente difícil de explicar hasta hoy sobre lo viva que se hizo esa promesa en nuestra vida familiar.

La familia, el hogar…lugares que deben contribuir a la paz.

Tu familia y tu hogar, son otros refugios de paz que aunados al encontrar paz en Dios, complementan lo que necesitamos para salir adelante en la vida. Es por eso que cuidar la familia, cultivar valores, pasar tiempo de calidad juntos, conversar, comunicarse, que tu hogar, al llegar del trabajo, de reuniones, de todo ese caos del exterior, sea un remanso de paz…es muy importante para tener un equilibrio emocional a fin de mantener en orden tus pensamientos y decisiones.

Procuren como familia establecer un horario de comunicación, de esparcimiento, de tiempos juntos, de búsqueda de Dios, las veces que necesiten hacerlo para fortalecer los lazos que les unen. Un viernes de cine, un sábado de helados, un domingo de iglesia y almuerzo fuera, todo lo que puedan hacer juntos háganlo. ¡El resultado será maravilloso!.

Todo es un equilibrio

Finalmente y como experiencia propia, quiero compartirles que cuando emprendemos es fácil perder la noción del tiempo, es fácil afanarse, es fácil dejar las cosas importantes de lado. Ese no es el enfoque del emprendimiento. Se supone que muchas veces emprendemos porque queremos pasar tiempo de calidad en familia, sin embargo, estando en familia perdemos tiempo valioso con ellos por estar emprendiendo…¿irónico cierto?.

Es aquí cuando la intencionalidad llevada a la acción de la que tanto hablo en este blog hace su entrada. Sus intenciones para emprender y tener tiempo de calidad en familia deben ser congruentes al llevarlas a la acción: respete su tiempo para emprender y respete su tiempo en familia. Para todo hay un tiempo, disfrute las temporadas buenas y enfrente con valentía las temporadas no tan buenas.

Y recuerde siempre buscar de Dios. Ingrediente imprescindible para tener un refugio de paz personal. Por experiencia propia les aseguro que da el equilibrio necesario para tomar decisiones, desarrollar inteligencia emocional en dondequiera que estemos, y hasta para ayudar a otras personas que necesiten una palabra de aliento.

Le invito a buscar ese refugio. Dios les bendiga.

Nota importante: Si notas que los problemas te están agobiando más allá de lo normal, que hacen que pierdas de vista tu propio cuidado y el de tus seres queridos, por favor busca ayuda profesional. Dios ha puesto inteligencia y sabiduría en profesionales de la salud que pueden ayudarte a superar algunas barreras psicológicas que no nos permiten avanzar. Y por supuesto busca a Dios todos los días, la paz que sobrepasa todo entendimiento viene de Él y te aseguro que te ayudará salir adelante. ¡Vamos que si puedes!

Luces, cámara, ¡acción!

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¿Has notado que en cada película de súper héroes las historias comienzan con la vida común y corriente de personas que luego descubren sus súper poderes y con todos sus temores y falta de experiencia deciden ponerse su uniforme, salir y poner en acción esos súper poderes que se les otorgó para ayudar a otros y desarrollarse como persona?

Una pregunta larga para la respuesta: ¡Si, si lo he notado!.

¿Te parece familiar con algo? ¿Con tu vida tal vez? No seremos súper héroes con una súper fuerza física o con una capa que nos ayuda a volar, pero si tenemos una fuerza interior que nadie más puede vencer que es la fuerza de voluntad, la capacidad de transformar tus intenciones en planes de acción, tus deseos en realidad. Y no, no es otra historia de fantasía o de películas, ¡es tu realidad! ¡El don con el que naciste! ¡El potencial con el naciste y has desarrollado con el tiempo!….¡o que a partir de hoy vas a desarrollar!  

Eres único…

            Permíteme decirte que todos hemos nacido con un don y talentos que nadie más tiene, puede que sean parecidos, pero no iguales. Aprovecha tu singularidad para ser diferente y destacar en lo que eres bueno. Cuando haces lo que te apasiona vas descubriendo ese don que se te regaló al nacer. Hay un pasaje bíblico que me encanta, dice que Dios nos escogió para cosas grandes desde el vientre de nuestra madre, me afirma que fui creada para un propósito maravilloso,  ¡y estoy segura que Él no quiere vernos en nuestra comodidad del hogar todos los días viendo TV! (Ojo!: siempre digo que esto no es malo pero tiene sus límites).

            Cuando se trata de escribir tu historia, cuando empiezas a vivir desde el momento que vas descubriendo tu propósito, parece que nos dijeran: “Luces, cámara… ¡acción!”. Es precisamente en ese ¡acción! Que a veces nos quedamos estancados. Tú tienes el poder para cambiar eso.

            En artículos anteriores escribía sobre intencionalidad para realizar las cosas, para alcanzar metas, objetivos, sueños. Tener la intención es un paso importante pero llevar esa intención a la acción es aún más importante porque es cuando te pone a trabajar. Una intención que no es llevada a la acción es un simple y bonito deseo.

            Cabe destacar que cuando tienes la intención de lograr algo y luego esa intención la conviertes en acción para realizar los pasos necesarios a fin de alcanzar ese objetivo: pones manos a la obra para investigar, ejecutar, planificar, hacer llamadas; empieza a despertarse en ti ese emprendedor que se va convirtiendo en una persona con independencia económica (en el caso de los emprendedores) o vas viendo tu sueño tomar forma, luego te conviertes en un empresario y vas viendo tu sueño hecho realidad, al final ves cómo has logrado superar temores y te has convertido en un héroe de tu propia historia. ¡Yay!

¿Qué logro con todo esto?

 En ese camino ¿qué puedes lograr?. Tendrás resultados como estos:

  • Cambio de mentalidad y de actitudes: de ser una persona pasiva te conviertes en una persona activa.
  • Descubres tu don, potencial, talento…porque claro, acostados en el sofá ¿cómo lo vamos a hacer? (es por eso que debemos poner límites con el entretenimiento que nos ofrecen)
  • Se despierta en ti esa persona con ganas de salir adelante y hacer algo diferente.
  • Vences miedos.
  • Te vuelves investigativo.
  • Adquieres y aprendes nuevos conocimientos.
  • Ganas experiencia.
  • Desarrollas tu potencial. (¿Ya lo dije? ¡Es que me encanta esta parte!)
  • Conoces y aprendes de personas que ya pasaron por estos procesos y sus experiencias enriquecen las tuyas.
  • Te demuestras a ti mismo que si podías, que siempre pudiste y que seguirás haciendo las cosas bien con esfuerzo y trabajo.  

Un último consejo

Y por último, por favor, un último consejo, cuando ya has decidido poner en acción todas esas intenciones que tienes para logar algo, has todo como para Dios, has todo para agradarle, has todo para sacar a tu familia adelante, para tener metas y objetivos en la vida, y no lo hagas para agradar a nadie, ni te imaginas lo desgastante que es eso. Y si en estos momentos lo estás haciendo, ¡detente!, no hagas nada para agradar a la gente. Tu trabajo, tu servicio, tu producto, tu esfuerzo hablarán por si solos. En eso concentrémonos. Querer agradar a todo el mundo todo el tiempo te anula a ti mismo, no te deja ser auténtico, no te deja ser tu mismo y te alimentará temores que bien puedes ir dejando atrás.

 Empieza a escribir tu historia de súper héroe donde tú mismo o tú misma ¡eres el protagonista!.

¿Listo?

LUCES,

CÁMARA….¡ACCIÓN!

Emprender: Una decisión importante de vida.

Emprendimiento: Esfuerzo y trabajo.

Emprendimiento: inicio de una actividad que exige esfuerzo o trabajo.

¡Me encantó esta definición! Buscando algunos datos sobre la historia del emprendimiento a través de los siglos, me encontré con mucha información  sobre el origen de la palabra emprendimiento, quienes eran considerados emprendedores en siglos pasados, qué implica ser un emprendedor, por qué empiezan y por qué cierran algunos emprendimientos, etc, etc.

La razón por la cual la definición que les mencioné: inicio de una actividad que exige esfuerzo y trabajo, es mi favorita, es porque fue la que mejor se acopló a lo que he vivido en estos últimos años. Decidir emprender no es un paso que se toma a la ligera, lleva tiempo, planeación y sobre todo lo que hemos hablado en este blog: intencionalidad.

Planes de acción, intencionalidad, decisiones.

Es importante recordar que el carácter, la firmeza para hacer las cosas te lleva a iniciar una actividad innovadora para ofrecer un producto o servicio. Esto se logra con dar esos primeros difíciles pasos para tomar acción y decir: “¡Hola! Soy fulanito de tal y desde hoy te ofrezco este producto o servicio!” Obvio, cada quien inicia cómo guste, pero es un ejemplo de cómo ese paso es producto de una decisión y de un plan puesto en acción con esfuerzo y trabajo, nada ocurriría simplemente porque se desea.

Esfuerzo y trabajo

Cada actividad que hacemos en la vida requiere esfuerzo y trabajo: desde levantarse y hacer el desayuno, hasta levantar una gran empresa. El desayuno no se hace solo y una gran empresa tampoco.

En mi artículo anterior hablaba sobre algunos tips para tomar acción a la hora de lograr tus metas y objetivos en la vida, desde el muy mínimo hasta el más grande que tengas planificado o proyectado. Esos pasos los necesitarás para iniciar un emprendimiento porque hacerlo requiere de compromiso para establecer metas y cumplirlas.

¡Toma nota!

Titulé este artículo Emprender: Una decisión importante de vida porque literalmente esta decisión, te cambia la vida. Un vez pruebas la independencia económica no tienes muchas ganas de regresar a trabajar para alguien más. Si es necesario regresar, se hace, pero en este camino aprendes algunas herramientas que te ayudan a mantenerte como independiente, y si regresas a trabajar lo haces como un trampolín para seguir generando recursos para tu negocio. La perspectiva cambia.

Es por eso que el esfuerzo y el trabajo es una definición exacta de lo que implica emprender:

  • Requiere esfuerzo porque tú serás el generador de todos los pasos a seguir: decisión de emprender, levantarte temprano a crear ideas, promocionar, llamar, buscar clientes, vender, ir a las citas, reuniones, etc, etc, es una fuerza física y moral para lograr tus objetivos.
  • Requiere trabajo porque precisamente aunado al esfuerzo nada será fácil de conseguir, pero como decía Walt Disney: “Si puedes soñarlo puedes lograrlo”. Con el trabajo arduo puedes lograr empezar ya sea solo, o por qué no, con un equipo de trabajo que se complementarán para alcanzar objetivos juntos. El trabajo se hace para conseguir algo, así que es una parte importante en el logro de objetivos y metas.  

Pasos a seguir: ¡toma nota!

Ahora no te asustes con estos últimos puntos que te acabo de mencionar. Todos tenemos la capacidad para lograr metas y objetivos, si, ¡todos!. A todos se nos ha dotado de dones y talentos que más nadie tiene. Descúbrelos, desarróllalos ¡y da el primer paso para iniciar tu propio negocio!. Pero recuerda también que necesitarás ser intencional en todo lo que hagas, dar el paso para poner en acción todas esas ideas que tienes en mente ¡que de seguro son buenas!.

Como resultado de experiencias vividas, quiero compartirte algunos pasos que puedes poner en práctica para iniciar este proceso de emprendimiento:

  • Descubre tu pasión: con ellos descubrirás tus dones y talentos para desarrollar algo que realmente te apasione.
  • Desarrolla una idea e identifica tu mercado: Aquí ya debes ir dando forma a todas esas ideas que tienes en mente. Haz un brainstorming (lluvia de ideas) y ve descartando poco a poco las que no se acoplan a tus objetivos y plan.
  • Elabora un plan de negocios: si no sabes cómo hacerlo, de seguro conoces a alguien que puede ayudarte. Aquí ya empiezas a esforzarte más por investigar y lograr un objetivo. No necesariamente debe ser extremadamente elaborado pero si es necesario para poder planificar ordenadamente todo lo que necesitas hacer.
  • Investiga todos los aspectos legales que debes tomar en cuenta para iniciar tu negocio. En mi país (Panamá) por ejemplo, los primeros pasos para emprender como el permiso de operación se obtiene con un bajo costo y algunos otros sin ningún costo. Estos pasos serán la base para iniciar con el pie derecho.  
  • Aprovecha siempre las herramientas o recursos sin costo: desde las redes sociales, apps para diseño de anuncios hasta la publicidad de boca en boca con tus amigos y familiares. Ahorra tus primeras ganancias y poco a poco podrás ir pagando por tu página web profesional, publicidad masiva, entre otros.
  • Establece horarios de trabajo y respétalos. Si aún trabajas para alguna empresa cuando emprendes, procura invertir tiempo fuera de tus horarios de trabajo que no interfieran con esa responsabilidad para desarrollar tu idea. Si ya dejaste de trabajar para alguien ahora invierte todo ese tiempo en tu propio negocio. Respeta tus horarios, levántate temprano tal como lo harías para ir a trabajar para alguien ya que este, es tu nuevo trabajo. Si tú no lo ves como tu trabajo o negocio, los demás tampoco lo verán así. Vende tus productos o servicios demostrando seriedad y generando confianza en tus futuros clientes siendo responsable y comprometido.
  • Todo ingreso que vayas recibiendo, inviértelo en herramientas que necesites para tu negocio: página web, materia prima, empaque, ferias de promoción, capacitaciones para mejorar o aprender nuevas técnicas de negocio. Procura no invertir en un nuevo TV, ni en un nuevo celular, ni en un nuevo sofá. No estoy diciendo que está mal hacerlo, no, pero en este momento no es tu prioridad, tu prioridad es seguir avanzando a la meta que te has propuesto, desarrollar tu negocio y que tenga estabilidad.
  • Persevera: no es una competencia, pero si requerirás resistencia y perseverancia. Emprender es una decisión de vida, y como toda decisión, para ser buena, debes perseverar en ella, mantenerla en el tiempo y ser fiel a ella.

¿Y los riesgos?

Casi toda nueva idea, todo nuevo negocio, toda decisión conlleva un riesgo. Al emprender te encontrarás con muchos riesgos que tendrás que tomar para poder seguir adelante. ¿Da temor? Si. ¿Será imposible? No. Una vez empieces, irás identificando el próximo paso a seguir para ir avanzando y los riesgos ya no darán temor sino se convertirán en retos, en desafíos.

Recuerda: esfuerzo y trabajo, intencionalidad y perseverancia.

Para finalizar, deseo con todo mi corazón que te vaya súper bien, vive un minuto a la vez tomando decisiones con calma y en orden, pero sobre todo que Dios bendiga desde el día uno el inicio de esa gran empresa que ahorita tienes en mente. 😉

Haz algo grande.

Intencionalidad en tus metas y objetivos.

En un artículo anterior compartía que la intencionalidad era la clave para todo en la vida. Según el diccionario es el carácter intencionado o deliberado con que se realiza una cosa. En mis palabras, “actitud firme para hacer las cosas”.

Esa misma actitud firme que nos hace levantarnos cada mañana, que nos hace decidir qué vamos a vestir, qué vamos a comer, qué tareas vamos a trabajar para terminarlas, es la misma actitud que necesitamos para trazarnos metas y objetivos en la vida. Además de su trabajo o lo que haga para subsistir, siempre se nos recomienda tener otras metas y objetivos de vida en las cuales trabajar. Usted no está hecho sólo para trabajar y pagar las cuentas. Hay algo más por lograr que eso.

No solo estoy hablando de emprendimiento como ya muchos deben estar pensando al leer hasta aquí, sino también en metas familiares, objetivos personales y que hasta este momento ha sido difícil alcanzar…o por lo menos dar el primer paso para empezar.

Es ahí donde aparece la intencionalidad, ese preciso momento donde nos decimos por ejemplo, “Yorly, vamos a establecernos la meta de aprender un instrumento musical que me ayude en la concentración y a la vez disfrutar de un hobby”. (No es mi meta ahorita pero si un ejemplo jeje). Desde ese preciso momento usted debe trazarse un plan con los primeros pasos a seguir para iniciar: investigar un curso, ahorrar para comprar su propio instrumento, buscar un tutor privado, ver tutoriales, practicar, practicar y practicar. Todo eso conlleva intencionalidad, actitud firme para hacer las cosas. Ese primer paso para convertir esas metas y objetivos escritos al inicio de la agenda 2019, en una realidad.

Sin intencionalidad no haríamos nada. Con intención programas tu alarma en las mañanas, con intención te levantas e inicias el día. Imagínate que no tuvieras esa intención de hacer las cosas. Aterrador. Creo que seríamos una clase de “ninis” (para los que no son panameños esta palabra significa “ni estudia ni trabaja…¡terrible!).

No procrastine.

Por favor, no procrastine. De esto hablaremos también más adelante. Pero por favor empiece ya a evitar esta mala práctica. ¿Cómo? Desde la primera alarma que suena para levantarse. Por favor coloque una sola alarma ¡y levántese! Una vez leí que si uno se acostumbra a esa práctica de poner una alarma de inicio y otra segunda alarma 5 minutos después para realmente levantarnos, es nuestra primera procrastinación del día y allí ya empezamos mal. (¡Yo tenía como 3! Si es exagerado pero creo que no era la única :S )

Analizando este punto, creo firmemente que todos podemos, desde el primer momento del día, ser intencionales en todo lo que hagamos y  sobre todo en lo que nos propongamos.

¡Manos a la obra!

Te comparto algunos pasos que me ayudaron a mi en este proceso de aprendizaje de cómo hacer las cosas con intención y que te pueden ayudar ahora a ti a ser intencionales en tus metas y objetivos:

  • Evita por todos los medios, procrastinar. Levántate a la primera alarma del día y con buen ánimo. Parece sin importancia pero créanme, te cambia la perspectiva del día desde el primer minuto despierto.
  • Escribe los objetivos del día. Escribir ayuda a memorizar más las cosas y cuando se trata de tus objetivos es importante no olvidarlos. Estos objetivos pueden ser laborales pero también es importante colocar los personales y no olvidarte de ti tampoco.
  • Prioriza y ve trabajando en un objetivo y meta a la vez. Si tienes un montón de tareas a la vez, es probable que te abrumes y termines el día sin objetivos alcanzados y procrastinando que es lo que queremos evitar.
  • Firmemente (intencionalidad) rechaza todo distractor que te aleje de tus metas y objetivos. Mencionaba en unos de mis artículos anteriores que cada quien conoce cuáles son sus distractores (estoy segura que pensaste en alguno ahorita!) así que ¡manos a la obra con esto!.
  • Siempre siempre toma un tiempo para celebrar lo que lograste, con un café, un té, un chocolate, algo que te guste e incentívate a ti mismo para seguir trabajando de la misma manera e ir mejorando. Esto te ayudará a seguir siendo intencional con todo lo que hagas.
  • Al finalizar el día, realiza un recuento de lo que lograste, lo que no, y lo que podrás lograr con ese mismo entusiasmo que te movió a hacer las cosas hoy. No es tener un check list de cosas por hacer, va más allá de eso. Se trata de que al realizar las tareas, al alcanzar metas y objetivos, puedas hacerlo sin estrés, pero si con organización creada y trazada por ti, y lo mejor, que puedas celebrar por ello. Y esto lo notan quienes están a tu alrededor especialmente tu familia.

Desde arreglar el closet que tanto tiempo lleva desordenado, hasta empezar un negocio, ¡todo se logra con intencionalidad!

Vamos que si puedes. ¡Me cuentas!

Deséalo, espéralo, suéñalo pero sobre todas las cosas…¡házlo!

Descartar para ordenar.

Escribía en el Instagram que hace unas semanas atrás escuché en una conferencia sobre el descarte que hay que hacer cada cierto tiempo en las cosas que ya no necesitamos o que ya no usamos ya sea en nuestra casa (closets, cocina, baños, cuartos) o en nuestra oficina (gavetas, escritorio, archivos, etc) para llevar una vida más ordenada.

Recordaba también algo que aprendí hace algunos años “si tienes en tu closet algo que usas hace 6 meses entonces dónalo”.


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Muchas veces nos llenamos de cosas que no utilizamos para “rellenar” tal vez algunos espacios vacíos en nuestras vidas, tenga cuidado con esto. Esas cosas que no necesita, descártelas, dónelas. Lo que evite que haya orden alrededor suyo, descártelo.

Tener muchas cosas sin utilizar, guardadas en cajetas, apretujadas en el closet, no nos ayuda a ordenar nuestras ideas o incluso muchas veces nuestras propias vidas, porque siempre hay un pendiente de “arreglar” ese espacio y casi nunca tenemos tiempo para hacerlo (o más bien no sacamos el tiempo necesario para hacerlo).

Estamos ya casi oficialmente a la mitad del año y te invito a descartar, a meterse en ese closet y empezar a regalar lo que ya no usa, a donar a alguna causa. A limpiar su escritorio de la oficina y quitar todos esos lindos y coloridos post its de la pantalla de la computadora y colocar todos esos apuntes en un solo lugar. Te invito a ordenar tu espacio físico y verás cómo tu espacio interior se siente mejor, con más paz, con más orden.


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Parece una fantasía pero la experiencia de la expositora de esa conferencia que escuché sobre descartar cosas me hizo reflexionar que de verdad cuando uno ordena, hay un no sé qué que se siente en paz de haber terminado algo. Fuiuuuu …así se siente. Es liberador.

Yo aún estoy aprendiendo a descartar. Es un arte. No es fácil pero vale la pena el esfuerzo. ¿Imagínese hacerlo con personas que no te ayudan a edificar tu vida? ¿Simplemente apartarnos un poco y tomarnos un tiempo para ordenar nuestras propias ideas, para buscar más de Dios y llenarme de espiritualidad en vez de escuchar críticas no tan constructivas o de modelos impuestos para agradar a los demás? Wao. De eso hablamos otro día.

Me cuentan cómo les va. Esta semana tengo que descartar algunas cosas de mi cuarto.

¡Los leo! : )

Aprender otro idioma: una entrada a nuevas culturas.

Cuando tenía 14 años llegamos a una decisión difícil como familia y para una adolescente: cambiarme de escuela para ir a un colegio privado. Eso significaba alejarme de mis amigos, mi entorno habitual, mis hábitos de independencia que ya había adquirido y mi querido colegio. Muy nostálgica pensé que era lo mejor para mí, y si mis padres se estaban poniendo de acuerdo para ello era porque seguramente estaban pensando en darme un mejor futuro.

Luego de buscar colegios que tuvieran una estructura definida en aquel tiempo en cuanto a planes de estudio, actividades extracurriculares, nuestro presupuesto, idiomas…llegamos a un punto donde nada nos convencía y cada puerta que tocábamos si nos convencía de que el colegio donde estudié, siendo un colegio público, no tenía nada que pedirle a los colegios privados que visitamos. Decidimos entonces como familia que me quedara allí pero reforzar el área en la que tenían debilidad…inglés.

Con la ayuda de Dios y mis padres, a los 16 años estudié inglés en un centro de enseñanza del idioma de la localidad que me hizo descubrir…¡que amaba el idioma inglés! Fue una maravillosa inversión.


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Con este curso me di cuenta el mundo que se abría ante mis ojos: poder leer artículos en inglés; entender lo que otro me decía en inglés; entablar una conversación sencilla pero que me ayudara a comunicarme en otro idioma…¡WAO!. Y con este empecé animar a otras personas a hacer lo mismo, viendo el mundo de posibilidades laborales y culturales que se abrían.

Aprender otro idioma, como el inglés, abre las puertas a nuevas culturas y posibilidades laborales. Y en esta época de emprendimientos hace más productivo el tiempo de investigación, preparación y desarrollo de tu negocio ya que muchas de las fuentes de información a la hora de prepararse para emprender están en el idioma inglés.

Me encontré con tutoriales, aplicaciones, detalle de programas informáticos (¡de lo cual no sé casi nada!) en el idioma inglés, que fue necesario escuchar, leer, digerir, para luego aplicar en esta página que lees. Si, saber inglés abrió muchas puertas que hoy son necesarias para seguir desarrollándome profesionalmente.


La primera vez que viajé a los Estados Unidos fue un verdadero desafío, poner en práctica todo lo que había aprendido en vivo y a todo color…¡uff! ¡Fue como mi examen final! Pero fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, aprender de otra cultura y hablar su idioma fue como tener un privilegio que definitivamente debo aprovechar cada día. Hoy día he tenido la oportunidad de dar tutorías de inglés y ganar dinero extra para nuestro hogar.

En conclusión, toma un tiempo para analizar tus finanzas, presupuestos, agenda, y no dudes en tomar la decisión de aprender otro idioma acorde a tus metas y objetivos. Es una inversión que te traerá beneficios a largo plazo.

¡Te deseo lo mejor en este paso! Dios te bendiga.

Intencionalidad. Clave para todo.

Cuando pienso en qué me hace falta para mejorar mi organización personal en cuanto al tiempo, recuerdo cuando me topé con esta palabra: intencionalidad. Recapitulo y me propongo nuevamente a ser intencional en todo lo que hago.

Según el diccionario, intencionalidad es el carácter intencionado o deliberado con que se realiza una cosa” y una de las definiciones de carácter es “cualidad de la persona que se mantiene firme o enérgica en su línea de conducta”. O sea que en pocas palabras sería algo como “actitud firme para hacer las cosas” ¿algo así verdad?

Todo tiene que ver con una decisión que tomemos día a día para hacer las cosas, para organizarnos, para no dejar que la pereza nos envuelva. Una decisión que nos hace levantarnos de la cama y proponernos tener un día productivo y organizado. El día solito no va ser organizado, ¡nosotros lo hacemos organizado! Jeje 😉

Entonces iniciemos el día con metas claras y medibles para al final del día. Saque todo el provecho posible a esa agenda ya sea física o electrónica para poder ser ordenado, como primer paso, en las ideas que tenemos y queremos volver realidad.

Propóngase eliminar los distractores que tenga (usted sabrá cuáles son los suyos) y verá que su carácter, determinación e intencionalidad son más fuertes que cualquier desanimo o conformidad.

En sus manos está el poder de ser más organizado y productivo. Y recuerden disfrutar cada minuto en el proceso. Sea intencional en ello también.

¡Me cuentan cómo les va! 🙂

Hablando un poco sobre….

Tomemos unos minutitos para hablar sobre: servicio al cliente en Panamá. Un tema de muchas opiniones pero que lastimosamente muchos de nosotros estaremos de acuerdo en una sola cosa: hay que cambiar, hay que mejorar, ¡urgente!.

Lo más curioso es que este mal data de años atrás y aún no se mejora. ¿Qué pasa?. ¿Será que las empresas no capacitan a sus colaboradores para que ofrezcan un servicio de excelencia? ¿Será que todos los que llegamos a solicitar un servicio ya sea en un restaurante, llamar a un número de “Servicio al cliente”, un almacén de cualquier rubro…somos groseros y muy exigentes? (Aunque esto no es justificación para ofrecer un mal servicio, al contrario.).

He llegado a la conclusión que no es falta de capacitación, no es que todo el mundo salga de su casa dispuesto a hacerles la vida de cuadritos al que ofrece un servicio o atiende en algún establecimiento, se trata de una cuestión de actitud personal. No tiene que ver ni siquiera con el sentido de pertenencia. Porque aunque no me sienta parte de una empresa o identificada con ella (y esto pasa mucho), yo tengo la responsabilidad de ofrecer un excelente servicio no sólo a los clientes sino también a mis compañeros de trabajo, jefes, etc, etc.

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            El desarrollo o subdesarrollo de un país depende en gran medida de sus ciudadanos. Analice qué está haciendo usted para hacer crecer el uno o el otro. Si, allí desde donde usted está, desde donde usted trabaja, desde donde usted sirve a otros.

Mire este ejemplo: ¿La lluvia de qué se compone? ¿De una gota? ¿De dos gotas? No, son miles y miles de millones de gotas que forman un bajareque, una llovizna o una tormenta eléctrica con todo y granizo. Wowwww. Imaginémonos siendo esas gotas de lluvia, todas las personas como una gota de lluvia alineadas una al lado de la otra, haciendo fuerzas para crear un fenómeno maravilloso que beneficia la vida, cada una con una actitud de servicio al cliente excepcional y buscando el bien de los demás. Algo que empezará a cambiar las cosas. Que beneficiará tu trabajo y tu gestión en ese lugar. Que beneficiará tu casa. Que beneficiará tu comunidad. Que beneficiará tu país.

            ¿Quieres ser una de esas gotas? Dentro de los minutos que tienes día a día, invierte varios de ellos en ofrecer buen servicio, en resaltar a quien ha dado buen servicio. ¡Y te felicito! ¡Vamos que si podemos!. 🙂


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