Paz en medio de la tormenta.

¿Cómo encuentro paz en medio de una tormenta así?

Existe un viejo relato sobre un concurso de arte en donde los participantes tenían que representar en sus pinturas el significado para ellos de “la paz”. Todos los participantes realizaron verdaderas obras de arte de personas, por ejemplo, caminando en medio de un sembradío pacífico; otro pintó los rayos del sol cayendo suavemente sobre una pradera; paisajes que realmente evocaban paz con solo mirarlos.

Sin embargo uno de los participantes presentó su obra magistralmente distinta al resto de los concursantes: su obra era sobre una tormenta en el mar con vientos fuertes que hacían que las olas se estrellaran contra los acantilados, rayos cayendo del cielo con nubes grises siendo movidas por el fuerte viento…sólo relatarlo produce inquietud…¡no paz!

No obstante, este concursante se llevó el primer premio del concurso ante la mirada incrédula de muchos y la oposición de otros. La decisión de los jurados radicó en que en medio del acantilado, escondidos en una grieta, había una familia de águilas, mamá águila con sus polluelos, en donde mamá con sus alas protegía a los polluelos de los vientos de la tormenta y estos plácidamente descansaban bajo la protección de las alas de su madre. Una escena de paz en medio de la tormenta.

Me encanta, me encanta, ¡me encanta!

Bajo sus alas…

¿Por qué me encanta tanto esta historia como para recordarla nuevamente? Esa tormenta que el artista pintó, representa todas esas situaciones difíciles que nos podemos encontrar en la vida, situaciones que nos pueden llegar a hacer perder el norte de las cosas realmente importantes en la vida o simplemente temporadas difíciles que llegan y parecen quedarse por un tiempo como si de huésped indeseado se tratara.

Todos en algún momento nos encontramos con estos momentos en la vida, sin embargo no todo está perdido, es una temporada que va a pasar…hay temporadas de abundancia y temporadas de escasez, temporadas de altas y temporadas de bajas, lo importante es cómo nos preparamos para esas temporadas más difíciles que se pueden presentar en algún momento.

Refugio de paz

Y cuando hablo de prepararnos para esas temporadas difíciles no estoy prediciendo ni diciéndoles a todos que algo malo va a pasar, no, no es eso, es simplemente buscar un refugio en donde en medio de las situaciones difíciles podamos encontrar paz.

Es importante destacar que cuando emprendemos nos encontramos con situaciones que jamás nos imaginamos iban a ser difíciles. “Emprender no es fácil” decían, pero es un proceso satisfactorio, edificante y lleno de experiencias para seguir enfrentando el futuro. Un esfuerzo y sacrificios que valen la pena para alcanzar metas y propósitos de vida.

Busca ese remanso de paz y tranquilidad, lo tienes a la mano.

Sin embargo, es mi deseo que también puedas encontrar un remanso de tranquilidad y paz para esos momentos en el que necesitas alejarte un poco del caos y redireccionar tus pensamientos, emociones y deseos.

Esa pequeña familia de águilas en medio de la grieta, representa el refugio que puedes encontrar en Dios primeramente, en tu familia, en tu hogar. Lugares que ya tienes a tu disposición y puedes valerte de ellos para redefinir tus motivaciones cuando emprendes, cuando inicias un nuevo proyecto, cuando inicias un nuevo trabajo.

Uno de mis pasajes favoritos de la Biblia dice: “Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado” Isaías 26:3. Una promesa que recibí un día que recibimos una mala noticia en mi familia. ¡Imagínense! Dios preparándome de antemano para lo que venía. Y si, Dios, porque en medio de esa prueba, seguimos adelante y confiando en El en completa paz, ha sido realmente difícil de explicar hasta hoy sobre lo viva que se hizo esa promesa en nuestra vida familiar.

La familia, el hogar…lugares que deben contribuir a la paz.

Tu familia y tu hogar, son otros refugios de paz que aunados al encontrar paz en Dios, complementan lo que necesitamos para salir adelante en la vida. Es por eso que cuidar la familia, cultivar valores, pasar tiempo de calidad juntos, conversar, comunicarse, que tu hogar, al llegar del trabajo, de reuniones, de todo ese caos del exterior, sea un remanso de paz…es muy importante para tener un equilibrio emocional a fin de mantener en orden tus pensamientos y decisiones.

Procuren como familia establecer un horario de comunicación, de esparcimiento, de tiempos juntos, de búsqueda de Dios, las veces que necesiten hacerlo para fortalecer los lazos que les unen. Un viernes de cine, un sábado de helados, un domingo de iglesia y almuerzo fuera, todo lo que puedan hacer juntos háganlo. ¡El resultado será maravilloso!.

Todo es un equilibrio

Finalmente y como experiencia propia, quiero compartirles que cuando emprendemos es fácil perder la noción del tiempo, es fácil afanarse, es fácil dejar las cosas importantes de lado. Ese no es el enfoque del emprendimiento. Se supone que muchas veces emprendemos porque queremos pasar tiempo de calidad en familia, sin embargo, estando en familia perdemos tiempo valioso con ellos por estar emprendiendo…¿irónico cierto?.

Es aquí cuando la intencionalidad llevada a la acción de la que tanto hablo en este blog hace su entrada. Sus intenciones para emprender y tener tiempo de calidad en familia deben ser congruentes al llevarlas a la acción: respete su tiempo para emprender y respete su tiempo en familia. Para todo hay un tiempo, disfrute las temporadas buenas y enfrente con valentía las temporadas no tan buenas.

Y recuerde siempre buscar de Dios. Ingrediente imprescindible para tener un refugio de paz personal. Por experiencia propia les aseguro que da el equilibrio necesario para tomar decisiones, desarrollar inteligencia emocional en dondequiera que estemos, y hasta para ayudar a otras personas que necesiten una palabra de aliento.

Le invito a buscar ese refugio. Dios les bendiga.

Nota importante: Si notas que los problemas te están agobiando más allá de lo normal, que hacen que pierdas de vista tu propio cuidado y el de tus seres queridos, por favor busca ayuda profesional. Dios ha puesto inteligencia y sabiduría en profesionales de la salud que pueden ayudarte a superar algunas barreras psicológicas que no nos permiten avanzar. Y por supuesto busca a Dios todos los días, la paz que sobrepasa todo entendimiento viene de Él y te aseguro que te ayudará salir adelante. ¡Vamos que si puedes!

Descartar para ordenar.

Escribía en el Instagram que hace unas semanas atrás escuché en una conferencia sobre el descarte que hay que hacer cada cierto tiempo en las cosas que ya no necesitamos o que ya no usamos ya sea en nuestra casa (closets, cocina, baños, cuartos) o en nuestra oficina (gavetas, escritorio, archivos, etc) para llevar una vida más ordenada.

Recordaba también algo que aprendí hace algunos años “si tienes en tu closet algo que usas hace 6 meses entonces dónalo”.


Photo by Kai Pilger on Unsplash

Muchas veces nos llenamos de cosas que no utilizamos para “rellenar” tal vez algunos espacios vacíos en nuestras vidas, tenga cuidado con esto. Esas cosas que no necesita, descártelas, dónelas. Lo que evite que haya orden alrededor suyo, descártelo.

Tener muchas cosas sin utilizar, guardadas en cajetas, apretujadas en el closet, no nos ayuda a ordenar nuestras ideas o incluso muchas veces nuestras propias vidas, porque siempre hay un pendiente de “arreglar” ese espacio y casi nunca tenemos tiempo para hacerlo (o más bien no sacamos el tiempo necesario para hacerlo).

Estamos ya casi oficialmente a la mitad del año y te invito a descartar, a meterse en ese closet y empezar a regalar lo que ya no usa, a donar a alguna causa. A limpiar su escritorio de la oficina y quitar todos esos lindos y coloridos post its de la pantalla de la computadora y colocar todos esos apuntes en un solo lugar. Te invito a ordenar tu espacio físico y verás cómo tu espacio interior se siente mejor, con más paz, con más orden.


Photo by Toa Heftiba on Unsplash

Parece una fantasía pero la experiencia de la expositora de esa conferencia que escuché sobre descartar cosas me hizo reflexionar que de verdad cuando uno ordena, hay un no sé qué que se siente en paz de haber terminado algo. Fuiuuuu …así se siente. Es liberador.

Yo aún estoy aprendiendo a descartar. Es un arte. No es fácil pero vale la pena el esfuerzo. ¿Imagínese hacerlo con personas que no te ayudan a edificar tu vida? ¿Simplemente apartarnos un poco y tomarnos un tiempo para ordenar nuestras propias ideas, para buscar más de Dios y llenarme de espiritualidad en vez de escuchar críticas no tan constructivas o de modelos impuestos para agradar a los demás? Wao. De eso hablamos otro día.

Me cuentan cómo les va. Esta semana tengo que descartar algunas cosas de mi cuarto.

¡Los leo! : )

Aprender otro idioma: una entrada a nuevas culturas.

Cuando tenía 14 años llegamos a una decisión difícil como familia y para una adolescente: cambiarme de escuela para ir a un colegio privado. Eso significaba alejarme de mis amigos, mi entorno habitual, mis hábitos de independencia que ya había adquirido y mi querido colegio. Muy nostálgica pensé que era lo mejor para mí, y si mis padres se estaban poniendo de acuerdo para ello era porque seguramente estaban pensando en darme un mejor futuro.

Luego de buscar colegios que tuvieran una estructura definida en aquel tiempo en cuanto a planes de estudio, actividades extracurriculares, nuestro presupuesto, idiomas…llegamos a un punto donde nada nos convencía y cada puerta que tocábamos si nos convencía de que el colegio donde estudié, siendo un colegio público, no tenía nada que pedirle a los colegios privados que visitamos. Decidimos entonces como familia que me quedara allí pero reforzar el área en la que tenían debilidad…inglés.

Con la ayuda de Dios y mis padres, a los 16 años estudié inglés en un centro de enseñanza del idioma de la localidad que me hizo descubrir…¡que amaba el idioma inglés! Fue una maravillosa inversión.


Photo by Ben Mullins on Unsplash

Con este curso me di cuenta el mundo que se abría ante mis ojos: poder leer artículos en inglés; entender lo que otro me decía en inglés; entablar una conversación sencilla pero que me ayudara a comunicarme en otro idioma…¡WAO!. Y con este empecé animar a otras personas a hacer lo mismo, viendo el mundo de posibilidades laborales y culturales que se abrían.

Aprender otro idioma, como el inglés, abre las puertas a nuevas culturas y posibilidades laborales. Y en esta época de emprendimientos hace más productivo el tiempo de investigación, preparación y desarrollo de tu negocio ya que muchas de las fuentes de información a la hora de prepararse para emprender están en el idioma inglés.

Me encontré con tutoriales, aplicaciones, detalle de programas informáticos (¡de lo cual no sé casi nada!) en el idioma inglés, que fue necesario escuchar, leer, digerir, para luego aplicar en esta página que lees. Si, saber inglés abrió muchas puertas que hoy son necesarias para seguir desarrollándome profesionalmente.


La primera vez que viajé a los Estados Unidos fue un verdadero desafío, poner en práctica todo lo que había aprendido en vivo y a todo color…¡uff! ¡Fue como mi examen final! Pero fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, aprender de otra cultura y hablar su idioma fue como tener un privilegio que definitivamente debo aprovechar cada día. Hoy día he tenido la oportunidad de dar tutorías de inglés y ganar dinero extra para nuestro hogar.

En conclusión, toma un tiempo para analizar tus finanzas, presupuestos, agenda, y no dudes en tomar la decisión de aprender otro idioma acorde a tus metas y objetivos. Es una inversión que te traerá beneficios a largo plazo.

¡Te deseo lo mejor en este paso! Dios te bendiga.

Hablando un poco sobre….

Tomemos unos minutitos para hablar sobre: servicio al cliente en Panamá. Un tema de muchas opiniones pero que lastimosamente muchos de nosotros estaremos de acuerdo en una sola cosa: hay que cambiar, hay que mejorar, ¡urgente!.

Lo más curioso es que este mal data de años atrás y aún no se mejora. ¿Qué pasa?. ¿Será que las empresas no capacitan a sus colaboradores para que ofrezcan un servicio de excelencia? ¿Será que todos los que llegamos a solicitar un servicio ya sea en un restaurante, llamar a un número de “Servicio al cliente”, un almacén de cualquier rubro…somos groseros y muy exigentes? (Aunque esto no es justificación para ofrecer un mal servicio, al contrario.).

He llegado a la conclusión que no es falta de capacitación, no es que todo el mundo salga de su casa dispuesto a hacerles la vida de cuadritos al que ofrece un servicio o atiende en algún establecimiento, se trata de una cuestión de actitud personal. No tiene que ver ni siquiera con el sentido de pertenencia. Porque aunque no me sienta parte de una empresa o identificada con ella (y esto pasa mucho), yo tengo la responsabilidad de ofrecer un excelente servicio no sólo a los clientes sino también a mis compañeros de trabajo, jefes, etc, etc.

Photo by Louis Hansel on Unsplash

            El desarrollo o subdesarrollo de un país depende en gran medida de sus ciudadanos. Analice qué está haciendo usted para hacer crecer el uno o el otro. Si, allí desde donde usted está, desde donde usted trabaja, desde donde usted sirve a otros.

Mire este ejemplo: ¿La lluvia de qué se compone? ¿De una gota? ¿De dos gotas? No, son miles y miles de millones de gotas que forman un bajareque, una llovizna o una tormenta eléctrica con todo y granizo. Wowwww. Imaginémonos siendo esas gotas de lluvia, todas las personas como una gota de lluvia alineadas una al lado de la otra, haciendo fuerzas para crear un fenómeno maravilloso que beneficia la vida, cada una con una actitud de servicio al cliente excepcional y buscando el bien de los demás. Algo que empezará a cambiar las cosas. Que beneficiará tu trabajo y tu gestión en ese lugar. Que beneficiará tu casa. Que beneficiará tu comunidad. Que beneficiará tu país.

            ¿Quieres ser una de esas gotas? Dentro de los minutos que tienes día a día, invierte varios de ellos en ofrecer buen servicio, en resaltar a quien ha dado buen servicio. ¡Y te felicito! ¡Vamos que si podemos!. 🙂


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Retomando hobbies…después del “ya no tengo tiempo”.

Poco nos detenemos a observar que la cotidianidad nos consume, o bien puede llegar a consumir nuestras vidas si así se lo permitimos. Tanto así que los que eran antes nuestros más fervientes y apasionados hobbies, se van perdiendo o simplemente desaparecen porque “ya no tenemos tiempo”

Pero, un momento…si se nos ha dado a la misma cantidad de horas que el resto de los miles de millones de ciudadanos del planeta, ¿qué pasa que no nos alcanza el tiempo?. Tenemos 24 horas al día: 8 horas de descanso (lo coloco primero porque a esto hay que darle prioridad); 8 horas de trabajo y 8 horas de esparcimiento (esto puede variar un poco… ¡procuremos que sea sólo un poco).

Cuando tenemos niños pequeños, un negocio que inicia, cuando ocurren situaciones fortuitas lejos de nuestro control (un tráfico pesado, un retraso en un vuelo, una tormenta que atrasa varios planes) son cosas que pueden desequilibrar nuestras rutinas, horarios o ritmo del día a día. Tal vez con niños pequeños (alzo la mano!) lo que antes hacías cómodamente como leer un libro con una taza de té o café o chocolate al lado….pues ya se vuelve casi imposible con juguetes volando, hermanos peleándose un Hot Wheel, o cuando inicias un negocio y sabes que el tiempo se vuelve prácticamente escaso para lo que hay que hacer para darle vida y forma a ese nuevo proyecto que casi no duermes para poder plasmar y poner en práctica al día siguiente todooo lo que te propusiste la noche anterior.

O cuando te propusiste llegar temprano a casa para tener un tiempo para leer, ver una película con los niños, y ¡zaz!…un tranque que simplemente no sabes si dormirte y que te despierte la bocina del carro de atrás o regresarte a la oficina (nunca lo hagas!) o empezar a contar los carros y clasificarlos.. ¡por colores!. No bromeo ah.

Todo esto que nos puede pasar o nos está pasando son situaciones que pueden ir alterando un poco nuestra esencia, nuestro tiempo a solas con Dios y con uno mismo, eliminando nuestros pasatiempos que luego afecta nuestro estado de ánimo y por ende nuestra conducta.

Pero no es el fin. Se puede resolver. Por lo menos el famoso porcentaje que si podemos controlar.

Hace unos meses he estado aprendiendo a organizar el tiempo de manera más efectiva que antes.  ¿Qué hago? Te comparto algunas sugerencias:

  • Utilizar agenda…¡física!…no la del celular. La agenda física te remonta a esos tiempos cuando debíamos anotar las tareas pendientes y de esa manera memorizábamos más rápido al tener que escribir lo que teníamos pendiente que no es lo mismo que teclearlo en una pantalla táctil. Esto es una sugerencia, si te funcional el celular…¡maravilloso! Sólo procura colocarte notificaciones.
  • Clasificar por colores en esa agenda (como los carros en el tranque jejeje) las prioridades! Por ejemplo: de rojo los temas pendientes que hay que terminar ese día (usualmente debe ser una o dos tareas no más para que sea medible y realizable) pueden ser las tareas de los hijos, ir al super, etc. De naranja las actividades que generan ingresos y que debo seguir cuidando y trabajando diligentemente diariamente, etc. Tú escoges tu método. Este proceso me toma 5 minutos o 10 máximo en las noches cuando ya los niños duermen. No toma mucho tiempo y es valioso para organizar tu tiempo. 😉
  • Eliminar distractores como la TV; no ver el celular hasta completar la tarea más importante del día. Muchas veces nos distraemos fácilmente en alguna noticia en redes sociales o algún programa de TV que créame…¡le roba el tiempo valioso que tiene día a día! Por eso debe priorizar y anotar las tareas más importantes del día. No digo que ver TV o redes sociales sea malo, no… será malo en la medida que usted lo utilice. Yo veo series que me encantan! Pero una vez haya terminado las tareas más importantes del día y que se que no me va a atrasar en el resto de las que tengo planificadas.
  • Colocar tiempo de esparcimiento en esos planes diarios. No bromeo. Tenemos tanto que hacer que dejamos los pasatiempos de último o bien los desaparecemos de la agenda. Agregue allí: ir a comprarme un helado; salir con los niños al parque; ir a hacer picnic el sábado (hacer emparedaditos!)]; no sé, usted decida, pero no elimine sus pasatiempos de su agenda.
  • Mentalizarse que eres una persona integral y no un robot. Eres alguien creado para un propósito en la vida no sólo pagar cuentas. Tienes emociones, sentimientos, pasatiempos, que no debes permitir que la cotidianidad te las robe. Una vez te organices mejor, verás que descubrirás poco a poco ese yo que había desaparecido, con amor por la lectura, por ver una buena película, disfrutar con los niños un picnic. Sólo sé intencional en todo y verás que lo lograrás.

Me cuentas cómo te fue. 🙂