Descartar para ordenar.

Escribía en el Instagram que hace unas semanas atrás escuché en una conferencia sobre el descarte que hay que hacer cada cierto tiempo en las cosas que ya no necesitamos o que ya no usamos ya sea en nuestra casa (closets, cocina, baños, cuartos) o en nuestra oficina (gavetas, escritorio, archivos, etc) para llevar una vida más ordenada.

Recordaba también algo que aprendí hace algunos años “si tienes en tu closet algo que usas hace 6 meses entonces dónalo”.


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Muchas veces nos llenamos de cosas que no utilizamos para “rellenar” tal vez algunos espacios vacíos en nuestras vidas, tenga cuidado con esto. Esas cosas que no necesita, descártelas, dónelas. Lo que evite que haya orden alrededor suyo, descártelo.

Tener muchas cosas sin utilizar, guardadas en cajetas, apretujadas en el closet, no nos ayuda a ordenar nuestras ideas o incluso muchas veces nuestras propias vidas, porque siempre hay un pendiente de “arreglar” ese espacio y casi nunca tenemos tiempo para hacerlo (o más bien no sacamos el tiempo necesario para hacerlo).

Estamos ya casi oficialmente a la mitad del año y te invito a descartar, a meterse en ese closet y empezar a regalar lo que ya no usa, a donar a alguna causa. A limpiar su escritorio de la oficina y quitar todos esos lindos y coloridos post its de la pantalla de la computadora y colocar todos esos apuntes en un solo lugar. Te invito a ordenar tu espacio físico y verás cómo tu espacio interior se siente mejor, con más paz, con más orden.


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Parece una fantasía pero la experiencia de la expositora de esa conferencia que escuché sobre descartar cosas me hizo reflexionar que de verdad cuando uno ordena, hay un no sé qué que se siente en paz de haber terminado algo. Fuiuuuu …así se siente. Es liberador.

Yo aún estoy aprendiendo a descartar. Es un arte. No es fácil pero vale la pena el esfuerzo. ¿Imagínese hacerlo con personas que no te ayudan a edificar tu vida? ¿Simplemente apartarnos un poco y tomarnos un tiempo para ordenar nuestras propias ideas, para buscar más de Dios y llenarme de espiritualidad en vez de escuchar críticas no tan constructivas o de modelos impuestos para agradar a los demás? Wao. De eso hablamos otro día.

Me cuentan cómo les va. Esta semana tengo que descartar algunas cosas de mi cuarto.

¡Los leo! : )

Retomando hobbies…después del “ya no tengo tiempo”.

Poco nos detenemos a observar que la cotidianidad nos consume, o bien puede llegar a consumir nuestras vidas si así se lo permitimos. Tanto así que los que eran antes nuestros más fervientes y apasionados hobbies, se van perdiendo o simplemente desaparecen porque “ya no tenemos tiempo”

Pero, un momento…si se nos ha dado a la misma cantidad de horas que el resto de los miles de millones de ciudadanos del planeta, ¿qué pasa que no nos alcanza el tiempo?. Tenemos 24 horas al día: 8 horas de descanso (lo coloco primero porque a esto hay que darle prioridad); 8 horas de trabajo y 8 horas de esparcimiento (esto puede variar un poco… ¡procuremos que sea sólo un poco).

Cuando tenemos niños pequeños, un negocio que inicia, cuando ocurren situaciones fortuitas lejos de nuestro control (un tráfico pesado, un retraso en un vuelo, una tormenta que atrasa varios planes) son cosas que pueden desequilibrar nuestras rutinas, horarios o ritmo del día a día. Tal vez con niños pequeños (alzo la mano!) lo que antes hacías cómodamente como leer un libro con una taza de té o café o chocolate al lado….pues ya se vuelve casi imposible con juguetes volando, hermanos peleándose un Hot Wheel, o cuando inicias un negocio y sabes que el tiempo se vuelve prácticamente escaso para lo que hay que hacer para darle vida y forma a ese nuevo proyecto que casi no duermes para poder plasmar y poner en práctica al día siguiente todooo lo que te propusiste la noche anterior.

O cuando te propusiste llegar temprano a casa para tener un tiempo para leer, ver una película con los niños, y ¡zaz!…un tranque que simplemente no sabes si dormirte y que te despierte la bocina del carro de atrás o regresarte a la oficina (nunca lo hagas!) o empezar a contar los carros y clasificarlos.. ¡por colores!. No bromeo ah.

Todo esto que nos puede pasar o nos está pasando son situaciones que pueden ir alterando un poco nuestra esencia, nuestro tiempo a solas con Dios y con uno mismo, eliminando nuestros pasatiempos que luego afecta nuestro estado de ánimo y por ende nuestra conducta.

Pero no es el fin. Se puede resolver. Por lo menos el famoso porcentaje que si podemos controlar.

Hace unos meses he estado aprendiendo a organizar el tiempo de manera más efectiva que antes.  ¿Qué hago? Te comparto algunas sugerencias:

  • Utilizar agenda…¡física!…no la del celular. La agenda física te remonta a esos tiempos cuando debíamos anotar las tareas pendientes y de esa manera memorizábamos más rápido al tener que escribir lo que teníamos pendiente que no es lo mismo que teclearlo en una pantalla táctil. Esto es una sugerencia, si te funcional el celular…¡maravilloso! Sólo procura colocarte notificaciones.
  • Clasificar por colores en esa agenda (como los carros en el tranque jejeje) las prioridades! Por ejemplo: de rojo los temas pendientes que hay que terminar ese día (usualmente debe ser una o dos tareas no más para que sea medible y realizable) pueden ser las tareas de los hijos, ir al super, etc. De naranja las actividades que generan ingresos y que debo seguir cuidando y trabajando diligentemente diariamente, etc. Tú escoges tu método. Este proceso me toma 5 minutos o 10 máximo en las noches cuando ya los niños duermen. No toma mucho tiempo y es valioso para organizar tu tiempo. 😉
  • Eliminar distractores como la TV; no ver el celular hasta completar la tarea más importante del día. Muchas veces nos distraemos fácilmente en alguna noticia en redes sociales o algún programa de TV que créame…¡le roba el tiempo valioso que tiene día a día! Por eso debe priorizar y anotar las tareas más importantes del día. No digo que ver TV o redes sociales sea malo, no… será malo en la medida que usted lo utilice. Yo veo series que me encantan! Pero una vez haya terminado las tareas más importantes del día y que se que no me va a atrasar en el resto de las que tengo planificadas.
  • Colocar tiempo de esparcimiento en esos planes diarios. No bromeo. Tenemos tanto que hacer que dejamos los pasatiempos de último o bien los desaparecemos de la agenda. Agregue allí: ir a comprarme un helado; salir con los niños al parque; ir a hacer picnic el sábado (hacer emparedaditos!)]; no sé, usted decida, pero no elimine sus pasatiempos de su agenda.
  • Mentalizarse que eres una persona integral y no un robot. Eres alguien creado para un propósito en la vida no sólo pagar cuentas. Tienes emociones, sentimientos, pasatiempos, que no debes permitir que la cotidianidad te las robe. Una vez te organices mejor, verás que descubrirás poco a poco ese yo que había desaparecido, con amor por la lectura, por ver una buena película, disfrutar con los niños un picnic. Sólo sé intencional en todo y verás que lo lograrás.

Me cuentas cómo te fue. 🙂